La mañana comenzó como tantas otras desde que había vuelto a casa. Kira desayunaba despacio en la mesa del comedor, con Sol preparando café y Luka jugando con sus lápices de colores. Julian había salido temprano con Leo, revisando algunos documentos legales que Karim había gestionado. La casa olía a pan tostado y a lavanda, un refugio contra el ruido del mundo.
Pero bastó un clic para que esa paz se resquebrajara.
Sol, con el teléfono en la mano, frunció el ceño de golpe. Había abierto una aplicación de noticias locales y lo primero que apareció fue un titular en letras negras:
“Escándalo Blackthorne: matrimonio por conveniencia con inmigrante ilegal”