Algo le escuece en lo profundo de su vientre. Ella renunció a todo por Ricci, uno de sus hombres, quien es un traidor protegido por su hermano, por lo que no confía en él. Un hombre que la tuvo engañada y no le dijo quién era. ¡Cómo él mismo pensaba hacerlo!

—Vine por él — Caterina se vuelve a mirar a Rocco y su cuerpo en la bata de seda, brillando por la luz de la luna. Despierta algo fuerte en él, un sentimiento de posesión.

Con un pensamiento para nada maduro, quisiera borrar los últimos tres años de la vida de Caterina, borrar a Matteo, borrar su imagen tocándola, besándola, haciéndola feliz.

Rocco se pone de pie y en dos pasos se acerca a Caterina, centra su intensa mirada en la suya. La brisa nocturna del mar le revuelve su negro y largo cabello. El ambiente íntimo de la habitación, con las luces bajas encendidas y la intensa mirada de Rocco, escudriñándola, ponen a Caterina más nerviosa de lo que ya lo estaba.

—¿Y estás aquí por él