Han pasado varios meses desde que se informó a la opinión pública que el empresario Rocco Mancini seguía con vida. Se hicieron varios reportajes, los periodistas estuvieron rondando la villa durante semanas y Rocco y el equipo de publicistas que contrató aprovecharon ese momento para hablar de sus empresas legales y vender una imagen de empresario modelo.
Rocco empezaba a amar el hecho de trabajar desde la legalidad y muy pronto comprendió que, al continuar siendo un hombre billonario, con un patrimonio y rentabilidad que no hacía más que aumentar ahora que se encargaba del conglomerado Italia Sur, su poder se había fortalecido y expandido. La clase alta y política lo respetaba por sus logros y no por ser el don de una familia de mafiosos, y la gente de su pueblo le agradecía porque la economía de Scilla mejoraba cada vez más.
Sin embargo, a pesar de que todos, incluida su madre e Isabella, habían aceptado el engaño de su muerte, Caterina continuaba