El tiempo se acaba. A pesar de todo lo que su padre Giovanni y Luca han hecho para llevarla hasta la casa de Gianluca, Caterina empieza a sentirse estresada, su corazón se acelera y el sudor empieza a adueñarse de su cuerpo, a pesar del frío invernal que hace.
—No vamos a llegar, papá, y yo conozco a Gianluca. Estoy segura de que está enojado y va a hacerme pagar por llegar tarde al almuerzo con su madre —dice con una calma escalofriante, mientras muerde sus uñas.
—Todo va a estar bien, hija mía, no te tortures. Llegaremos. —Giovani, como padre de Caterina, está invitado al almuerzo Capodanno, al parecer, Gianluca piensa que aceptar al padre adoptivo de Caterina como parte de la familia puede ayudarlo en su propósito de controlarla.
—No debí llevarle Nicola a Rocco, no debí pasar el fin de año con él. —Caterina observa a su hijo dormido en la silla de bebé en el helicóptero y enseguida mira a su padre, mientras que Luca los observa con