Caterina no ha podido dormir en toda la noche, pensaba hacerlo en el tren, pero tampoco lo logró. Su mente está agitada y una cantidad de ideas y situaciones se presentan una seguida de la otra, sin darle un momento de respiro. Está cansada y no ha parado de pensar en Rocco, en lo que le dijo, en lo que le pidió. Posa su mano en su vientre y mira por la ventana del tren.
¿Se estará equivocando?
No ha parado de hacerse la misma pregunta desde que vio a Rocco.
Lo recuerda la noche anterior, suplicándole, haciendo algo a lo que no está acostumbrado, algo que él jamás hace, rogar por alguien. Lo que le dijo a Rocco es verdad; si permite que el embrión crezca en su interior y lo escucha latir,