Pasado un tiempo, Naty volvió a entrar a la oficina de Marian, bastante preocupada.
-Marian, estoy preocupada, Omar anoche me dijo que me fuera a la casa, pero él tomó el elevador, me imagino que está en su apartamento aquí en el edificio, tiene su teléfono celular apagado y no sé nada de él, podría por favor ir a buscarlo, pudo haberle sucedido algo.
Él no es de dejar su trabajo tirado y desde que lo conozco, nunca ha apagado su teléfono, siempre lo más importante ha sido su trabajo y nosotros los empleados, desde la mañana lo he intentado localizar, he cancelado tres reuniones importantes hoy con mentiras de que tuvo una emergencia familiar, todos saben que Omar no tiene familia, ya no sé que mas hacer.
Dijo Naty intentando que Marian fuera a buscarlo, ya había pasado casi por completo el día de trabajo, eran las cuatro de la tarde.
-Sé que el señor tiene un apartamento en el piso cuarenta, pero nadie de la empresa excepto tú has estado ahí, así que no puedo subir a buscarlo, me da pena, ya sabes.
-Naty, no puedo subir, Omar ha dicho que únicamente con la señorita Stoll se va a comunicar, no sé si será buena idea que sea ella quien suba a ver si le sucedió algo, de verdad me preocupa, pero no quiero que el jefe sienta que no acato su orden de que no me comunique con él.
-¿Y si se molesta?, es su lugar especial y de relajación aquí en la empresa, sinceramente yo no le diría a esa intensa mujer donde está mi jefe, después no lo dejará en paz, ya la ha visto como está de loca buscándolo por todo lado.
-Yo voy a subir, si hay algún problema con Omar, prométeme que serás tú quien irá a resolverlo.
-Sí, te lo prometo, pero por favor, ve a ver qué pasa con él.
Marian subió al elevador, poco después de eso, Gretta entró a la oficina de Omar y no lo encontró, la mujer ignoraba a Naty por completo, se creía con el derecho de entrar y salir de cualquier oficina a su gusto.
-¿Dónde está Omar?
-No lo sé, no he podido localizarlo en todo el día.
Gretta entró a la oficina de Marian.
-¿Dónde está esa mujer?
-Creo que iba a resolver algo importante, tuvo que salir de emergencia.
-Cuando regrese, dile que me busque de inmediato, de verdad que esa mujer se toma atribuciones que no le corresponden, ya hablaré con Omar sobre esto.
Marian se encontraba frente a la puerta del apartamento de Omar, estaba un poco confundida, sabía que deseaba encontrarlo y bien, pero recordaba que habían estado a punto de que sucediera algo mas entre ellos, pero el que fuera virgen, había hecho que todo cambiara, además recordaba lo sucedido en Colombia y era algo que aun le afectaba un poco, ya no confiaba en Omar igual que antes.
Se decidió por fin a tocar la puerta, pero esta se abrió, no estaba cerrada.
-¿Omar, Omar, estás aquí?
Marian lo llamaba mientras caminaba por el apartamento, era seguro que algo estaba pasando, había varias botellas vacías en la mesa de la sala, pero él no estaba por ningún lado, Marian de momento se sintió un poco incomoda, existía la posibilidad de que Omar no estuviera solo, que alguna chica lo acompañara y eso sería bastante caótico para ella, encontrar a su jefe con el que tenía una historia, con otra chica en el supuesto lugar especial.
Entró a la cocina, pero Omar no estaba por ahí, solo habían vasos que dejaban ver que habían estado tomando licor.
Cuando Marian iba a salir del apartamento, escuchó un sonido que venía desde la ducha, por un momento se quedó inmóvil pensando que Omar estaba con alguien ahí, pero después escuchó una vos casi inaudible que decía su nombre.
-¡Marian!, ¡Marian!
Al escuchar esto, la mujer entró a la habitación y observó la puerta del baño abierta.
-¿Omar, Omar, santo Dios, que te pasó, estas bien, que te ha pasado?
El hombre estaba recostado a la bañera, casi inconsciente, solo balbuceaba el nombre de Marian.
-¿Eres tú, estas aquí? Decía con la miraba perdida.
-Ayúdame, tienes que darte una ducha fría Omar, tendré que llamar al médico, estas intoxicado por Dios.
-Marian, perdón, perdóname.
-Ya, está bien, no pasa nada, solo ayúdame a entrar a la ducha por favor, decía Marian levantando al hombre quien era bastante más alto y acuerpado que ella.
Como pudo logró que Omar entrara a la ducha, ahora venía la parte más complicada, intentar darle una ducha fría al hombre.
Ella comenzó a quitarle la camisa, con la que había ido a la oficina el día antes.
Mientras él la abrazaba ella quitó el pantalón de Omar, quedando únicamente con un bóxer que dejaba ver aquel cuerpo tonificado y bronceado con la que cualquier mujer soñaba.
Abrió el grifo de agua fría, estando los dos abrazados, ella muerta de frío y él hablando sobre lo que había pasado en Colombia, pidiéndole perdón a la chica.
Después de veinte minutos bajo el agua fría, Marian logró que Omar le ayudara a salir y caminar hacia la cama, en donde ella con una toalla secó todo su cuerpo, al estar el bóxer mojado, no le quedó de otra que quitárselo, buscó en algunos cajones hasta que encontró lo que buscaba, colocó el bóxer seco al hombre, trató de acostarlo lo mejor posible sobre la cama.
Caminó hacia la cocina para hacer una sopa que pudiera ayudarle al hombre, mientras la sopa estaba, Marian acomodó un poco el apartamento, recogió las seis botellas bacías de whisky que Omar había consumido desde el día anterior, entre las seis de la tarde del jueves y las cuatro de la tarde del viernes, Omar se había tomado seis botellas, estaba completamente perdido en su mundo.
Marian cuando fue a limpiar la pequeña y lujosa mesa que estaba en la sala, encontró la nota y los documentos que habían dentro del sobre, ahí se dio cuenta que aquel estado de Omar era causado por eso.