En el auto, Marian se miraba en el espejo de su cartera, podía observar como el golpe que su marido le había dado la noche anterior se podía notar, el costado de su boca se veía algo morado, intentó taparlo con base de maquillaje, pero no se pudo, así que decidió inventar una historia, no iría maquillada en exceso el primer día de trabajo, a ella eso le parecía bastante vulgar.
-¿Señora, que se ve tanto? Preguntó Armando quien la miraba por el retrovisor, no tiene que lucirle a nadie, el señor Landon está de viaje.
-No lo sé, dígame usted qué pensaría mi jefe si se diera cuenta que mi marido es un agresor y que por chismes suyos me golpeó, a ver, dígame Armando, ¿usted cree que él haría los negocios que Landon quiere con alguien así?
Armando volvió a cerrar la boca, al llegar frente a la empresa Vitale, Marian se bajó, no dio tiempo a que Armando le abriera la puerta, misma que tiró bastante fuerte para cerrarla.
La mujer entró a la empresa con todo el nerviosismo.
-Disculpe señorita, busco la oficina del señor Omar Vitale, tengo una cita con él, dijo Marian.
-Señorita, la oficina del señor Vitale está en el piso numero treinta, allá la estará esperando una de las secretarias, dijo la mujer a Marian.
-Gracias, muy amable Sofía, dijo Marian leyendo el gafete de la recepcionista.
La mujer subió al elevador y marcó el piso numero treinta, para su sorpresa, en el piso veinte una mujer rubia subió al elevador, la chica la miró de arriba debajo de mala manera, tomó su teléfono móvil y comenzó a marcar algún numero.
-Hola, estoy subiendo a la oficina de Omar, ya sabes, desde que somos novios no me deja ni un segundo en paz, imagínate, me acaba de decir que suba para acompañarlo a desayunar, tengo tanto trabajo, pero como negarme a los deseos de mi futuro esposo, decía la mujer sin quitar la vista de Marian.
Marian que aun seguía nerviosa, solamente tomaba su teléfono y jugaba un poco, nadie le escribía, ni siquiera Landon que era tan intenso, ella no tenía más que el número de teléfono de Landon y Armando agregado a su lista de contactos, el de Omar Vitale no lo había guardado, para evitar un problema con Landon.
Al llegar al piso numero treinta, la rubia seguía hablando con alguien al teléfono, salieron del elevador y la mujer salió primero.
- Naty, dile a Omar que estoy acá que necesito hablar con él ahora mismo, dijo la rubia autoritariamente.
-Buenos días señorita, sería tan amable de informarle al señor Vitale que Marian Kent está esperando para la reunión.
-Hola buenos días señorita Kent, claro que sí, ya la llevo a la oficina del señor Vitale, solamente voy a anunciarla, él la está esperando, me ha dicho que en el momento que llegue la haga pasar; dijo la secretaria de presidencia ignorando por completo a la despampanante rubia.
Marian miró a la rubia un poco apenada.
-Señor Vitale, la señorita Kent está acá. Dijo Naty por el intercomunicador.
No habían pasado treinta segundos cuando el hombre espectacularmente atractivo salía de su oficina.
-Marian, que gusto volver a verla, que puntual, creo que nos llevaremos bastante bien, dijo Omar mirando a la chica a los ojos.
-Señor Omar, Señor Omar, necesito hablar contigo ahora mismo.
La chica rubia estaba desesperada por tener la atención del hombre, sin embargo, este la ignoró por completo.
-Pasa adelante, te daré las indicaciones del lo que vas a hacer, trabajarás directamente conmigo en el área de mercadeo, me di cuenta que mercadeo y relaciones internacionales es tu fuerte, ¿he hecho bien mi tarea? Preguntó el hombre de ojos color miel mirándola a los ojos directamente.
-Si señor Vitale, creo que ha hecho bien su trabajo, yo era la encargada de la empresa de mi padre en esa área, solo que cuando el falleció, la empresa se vino de picada y mi madrasta la vendió al mejor postor, sinceramente no sé que haya pasado con la empresa de mi padre, respondió Marian sintiendo como se iba poniendo cada vez más nerviosa al sentir las miradas de Omar sobre ella.
-¿Te gustaría volver a trabajar en esa empresa Marian?
-Por supuesto, me encantaría, amaba la empresa, pero bueno, hay situaciones que pasan por algo, dijo ella suspirando.
-Yo suelo ser muy profesional con mi personal Marian, acá solamente se hablará de trabajo, toco el tema personal ya que una de mis empresas ha adquirido la que era la empresa de tu padre, sinceramente siempre quise invertir en la empresa Kent, pero no se dio la oportunidad, si estás de acuerdo, me gustaría que volviéramos a posicionar a Kent Company en donde tu padre la tuvo siempre.
-¿Qué, que me acaba de decir señor Vitale, volveré a trabajar en la empresa de mi padre? Preguntó la chica emocionada y mirándolo a los ojos, dejando ver la gratitud que sentía hacia el hombre por la oportunidad que le estaba brindando.
-Sí Marian, hay algo mejor en todo esto, la empresa conserva a los empleados originales de la empresa, solo que a quien Ana se la vendió, no supo cómo manejarla, es por eso que uno de mis bancos la adquirió por falta de pago. ¿Qué dices, estás conmigo en este barco?
-Por supuesto que sí señor Vitale, me ha hecho la mujer más feliz del mundo con esta propuesta, gracias, dijo ella sin pensarlo abrazar al hombre.
Omar sintió una corriente eléctrica que recorría su cuerpo, al sentir a aquella mujer como tenía las manos en su espalda, cuando Marian reaccionó, ya era muy tarde y Omar le devolvía el abrazo.
-Señor Vitale, que pena, de verdad, discúlpeme, no fue mi intención, que pena, pero sinceramente el hecho de volver a la empresa que fue de mi padre, me ha puesto más feliz de la cuenta, le juro que no volverá a suceder; dijo Marian apartándose de manera abrupta de su jefe.
-No se disculpe Marian, usted me acaba de hacer el hombre más feliz del mundo, no se imagina cuanto, sentir sus manos en mi espalda, eso se siente bien, dijo él con una picara sonrisa de medio lado, creo que comenzamos bien y le giñó un ojo.
Marian no pudo evitar ponerse roja como un tomate.