Avanzo por los potreros y escucho a Bianca darme una explicación de todo.
El lugar, sin duda, es hermoso y el paisaje que vislumbro, es tentador.
Después de mi pelea con Renzo, este desapareció.
Me quede en la habitación hasta que Bianca, llego por mí y me insto a cambiarme para montar.
Bianca se detiene en una cuadra y se acerca uno de los caballos dentro de su establo.
— Esta es lirio —anuncia mientras, acaricia la cabeza de una hermosa yegua blanca.
Alargo la mano despacio.
— Es preciosa.
Bianca sonríe.
— Es dócil. Así que, no tendrás problemas con montarla.
— Gracias. —Me rio —Tú, ¿Cuál vas a montar?
— Andrómeda, es mi bebé — espeta — ven— avanzamos y al pasar frente a uno de ella este resopla.
Bianca pone los ojos en blanco.
— Este, es diablo — arqueo la ceja ante el nombre — Renzo le puso el nombre— se ríe — Es suyo.
— Vale. Las cosas se parecen a su dueño — murmuro.
— Mi hermano tiene un temperamento algo especial. Pero, eso ya lo sabes.
Me mira de soslayo.
Resoplo y ella niega