Capítulo 53. Sesenta segundos.
Lyanna no tuvo tiempo de pensar. Solo sintió el golpe del pequeño cuerpo aferrándose a su cuello.
Lo levantó del suelo como si fuera lo único que todavía la mantenía viva.
—¡Ay, mi amor! —susurró, con la respiración rota—. ¿Qué hiciste, mi Harry?
Lo acorraló entre sus brazos, besándole la cabeza con urgencia.
Un miedo seco, inmediato, le atravesó el pecho.
—Podías haberte lastimado —dijo, su voz tembló—. Podías haberte asfixiado, ahogado… o caerte…
Harry se apretó a ella.
—Tuve miedo de que te fueras—admitió entre hipidos—. Y no volvieras por mí.
Lyanna cerró los ojos.
Una sola frase bastó para quebrarla.
—No vuelvas a decir eso. Nunca. Yo siempre volvería por ti —susurró, firme—. Pero no puedes esconderte así. No es seguro.
Harry apoyó la frente en la de ella.
—Quería estar contigo. Eres mi mamá.
No hubo réplica.
No hubo defensa.
No hubo escapatoria.
Lyanna sintió el golpe directo: él la elegía. Él la veía. Él la amaba.
Aunque no tuviera derecho a ser su madre.
Aunque Ares creería q