El CEO Darkok se quedó muy serio después de las palabras de Emiliano, se daba cuenta de cuánto había afectado a su princesa. Ella no quería estar cerca de él.
— ¿Pero le dijiste que ya no estaba molesto con ella? ¿La tranquilizaste? — Preguntaba preocupado el padre.
— Si, se lo dije, pero parece que no me creyó, ella piensa que se lo dije para tranquilizarla, sabe que es muy importante que esté relajada en estos momentos o el bebé se perderá.
El CEO ruso no quería ser el causante de la muerte de su nieto, no se lo perdonaría nunca, tampoco su esposa, ella no lo vería de la misma forma nunca.
— Cuando despierte entraré yo a verla, no me vuelvas a hacer trampa.
— Está bien, pero por favor no la alteres tío, ella está muy sensible, estaba a punto de llorar por tu culpa, y eso le puede hacer daño al bebé.
— ¿A ti quién te dijo que puedes decirme que hacer? Además no voy a hacer tal cosa, solo quiero que mi princesa sepa que su padre la ama más allá de cualquier cosa.
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