El gerente del exclusivo lugar fue avisado, las cuentas ahí eran exorbitantes y tenían que prevenirse.
Los CEOS salieron al estacionamiento. El odio que se tenían era más que evidente, a Dimitrir Darkok le invadían los celos el pecho, y a Aleskey el deseo de poseer a esa hermosa mujer y mantenerla a su lado.
Ambos hombres eran de cuerpo atlético, y estaban bastante entrenados.
— No creas que me olvidé de... esto, te lo voy a cobrar ahora, Aquí no van a llegar tus guardias defenderte.
— No los necesito, tu presencia en mi oficina era una molestia, solo por eso dejé que te llevaran, de lo contrario hubiese seguido pateando te el trasero.
— Entonces demuestra lo que dices... — Dijo Aleskey con una sonrisa endoablada.
El primer puñetazo lo lanzó De Russie, pero Dimitrir lo bloqueó con su antebrazo y le conectó un derechazo en el estómago.
Aleskey cayó al piso por unos momentos pero se levantó.
— ¿Quieres venir por más, eh? Tú si que no sabes cómo parar. — El empresar