Un pequeño Vladimir.
Los dolores de Rafaela iban en aumento, como bien le habían contado, dar a luz no era nada sencillo, ahora mismo sentía que la estaban desgarrando por dentro.
— ¡Me duele mucho! ¿Por qué duele tanto? ¡Creo que voy a morir!
— Tranquila querida ya estamos aquí. ¡Rápido, mi nuera va a dar a luz, llévenla a atender!
El equipo de emergencias se movilizó con rapidez. La voz del CEO era imponente, pronto Rafael desaparecía detrás de las puertas del área de maternidad.
Mientras tanto el joven CEO Darkok, pisaba el acelerador de su coche para llegar al hospital, más el tráfico estaba imposible, avanzaba lento y eso lo tenía desesperado.
— Ya estoy en camino Rafaela, nuestro bebé ya va a llegar...
(...)
La dilatación de Rafi estaba avanzando muy rápido, ella estaba en un grito, cada contracción era más fuerte que la otra.
— Señora Darkok, vamos a llevarla a la sala de expulsión, el niño está bajando muy rápido, no hay nada que le impida llegar al mundo, parece que tiene su