Un Darkok brutalmente honesto.
El no haber respondido las llamadas de Marina, y no haber hablado claro con ella, le estaba costando demasiado caro al joven Darkok.
Ahora Rafaela lo había mal entendido, seguro lo estaba viendo como un miserable canalla que después de robarle su pureza, es tan hijo de puta que le lleva a la novia a su cumpleaños, la noche que debe de ser solo felicidad para ella.
— Vladimir, ¿Te sucede algo? Estás muy callado, ¿De verdad te molesta tanto que haya venido a la fiesta? Qué tiene de malo que quiera estar contigo si eres mi novio, ¿Dímelo?
Pero el heredero no tenía ganas de hablar, mucho menos con la rubia que ya le había agotado la paciencia.
— No preguntes cosas de las que ya sabes la respuesta, viniste aquí a marcar territorio conmigo, quisiste hacerle pasar un mal rato a Rafaela en su cumpleaños para vengarte de lo que sucedió en el centro comercial.
— No... Por supuesto que las cosas no son así, yo solamente soy una chica enamorada, ¿Que tiene de malo que no me quier