Te vi, Emiliano, seguiste a Ángela.
Hubo alguien que se dió cuenta de que Angela había subido a la segunda planta, y que uno de los gemelos Mendoza había subido también.
Los jóvenes CEOS por supuesto que eran muy astutos, y solo era cuestión de sumar dos más dos. Unos socios lo distrajeron unos momentos, y cuando quiso subir a saber que estaba sucediendo, pudo ver que Angela bajaba algo apresurada, y con las mejillas sonrojadas.
Emiliano bajo también, y fue ahí donde lo abordó.
— Vamos a hablar al jardín, Emiliano. — Era una invitación, pero llevaba un tono de enfado, se conocían desde niños, era imposible que el gemelo no se diera cuenta de la gran molestia de su amigo.
El CEO asintió y caminó hacia el jardín trasero, su hermano Rafael también fue tras ellos, los miraba un poco extraños y quiso saber que pasaba.
Una vez afuera, el gemelo habló
— Ya estamos aquí, ¿Dime qué asunto quieres tratar conmigo? — El joven CEO también hablaría con él, solo lo dejaría hablar primero.
Lucano Dijo sin rodeos.