Me aceptan como su cuñado, o guardaré rencor.
Rafael tenía su afilada y penetrante mirada sobre Lucano, había escuchado su petición y le parecía bastante inconcebible.
— Tú sí que sabes aprovechar una oportunidad, ¿Eh? ¿No quieres las perlas de la virgen también? No, pero no te contengas, pide también uno de los angelitos que le revolotean alrededor, no seas tímido.
El gemelo hablaba con bastante sarcasmo, no iba a intercambiar a una de sus hermanas así como así.
— Ya dije que eso es lo que quiero de compensación Rafael, de otra manera no perdonaré la traición de Emiliano, guardaré rencor y cada que haya un banquete y se mencione que Angela y Emiliano salen, me mostraré triste, vulnerable, dolido, les dejaré entender que mi mejor amigo me quitó al amor de mi vida.
— ¡Pero que dramático, ya dijiste que Angela no te gusta más, que la que te gusta es Evelyn! Además no te atreverías a hacer semejante papel tan patético.
— Ohhh... Por supuesto que me atrevería, Incluso me encargaría de que nadie se olvidará del asunto,