Sácame de terapia intensiva.
El médico caminaba por delante del CEO guiandolo hasta la sala. Ahí estaba Angy con sus hermosos ojos azules abiertos.
Dimitrir sentía que veía el cielo en ellos. El que estuviera despierta era buena señal, ¿Cierto?
— Cariño, ya estoy aquí, ¿Cómo te sientes? He estado tan preocupado. — El hombre tomó la mano de la pálida y bella pelinegra.
— El doctor dice que me van a pasar a una habitación privada, al parecer los últimos exámenes dicen que la infección está defiendo gracias a la intervención de los médicos.
— Pero... ¿No es muy pronto? Tu debes estar bajo estricta observación, no podemos confiarnos y que tengas una recaída.
La arquitecta le hacía ojos de borrego extraviado a su esposo, ella quería salir de esa zona tan deprimente.
— Dimitrir, extraño mucho a Vladimir, y aquí es imposible que venga, hay muchos virus que podrían afectarlo, quiero verlo, cargarlo, no quiero seguir en este lugar.
El hombre entendía que Angelic quisiera ver a su hijo. Pero autorizar ese