Rafaela y Marina, hablan de frente.
En toda su vida el heredero Darkok no se había sentido tan ofendido, no solamente lo habían llamado imbécil, si no que lo estaban rechazando abiertamente.
— !No me llames imbécil, Rafaela, porque no lo soy! — Refutaba molesto el ojigris mientras apretaba más la cintura de Rafi hacia él, olvidarse de aquella tarde era simplemente imposible, esa mujercita pedía demasiado.
— Para mi sí, ahora sí me disculpas tengo que ir a atender a mis invitados, y por cierto, tu novia ya se levantó de su silla para buscarte, mírala, allá viene.
Después de señalar con la mirada a la rubia, la hermosa Rafi se dió la vuelta para marcharse, dejando a Vladimir parado a media pista, unos invitados no se dieron cuenta, pero otros si.
— Vladimir, ¿Qué se supone que hacías bailando con ese trilliza? Estoy yo aquí que soy tu novia, ¿Por qué me faltas al respeto de esta forma? ¡Me dejaste en la mesa con tus padres para ir a buscarla a ella!
El heredero salió de la pista para acercarse a Marina, lo ú