Los padres defienden a sus herederos.
La mano extendida de Sergey hacia Emy, era toda una sorpresa que aunque le parecía un sueño, era sin duda un sueño hecho realidad.
— No sé si debería de aceptar... No me gusta ser la última opción de nadie. — La trilliza también tenía su carácter, y sobre todo orgullo.
— ¿Me va a hacer suplicarle por un baile, señorita Mendoza? No parecieras tan dura con esa carita tan linda que tienes, y sin embargo me tratas tan cruelmente.
— ¿Y no te lo mereces?
— Por supuesto que no, yo soy un buen chico.
Emy enarcó una de sus perfectas cejas. Ese chico pensaba muy bien de el mismo.
— Está bien, al fin que todos están allá en la pista, ¿Por qué deberíamos quedarnos sin diversión?
Los herederos caminaron hasta la pista, el bello vestido de Emy la hacia parecer un hada, aunque el CEO no lo decía, lo tenía hechizado.
(...)
En una mesa cerca de sus amigos, el CEO Mendoza ya se estaba impacientando, sus princesas estaban en la pista iluminada por luces led, bailando con diferent