Los malestares de la señora Darkok.
El CEO estaba escuchando las palabras de su esposa desde el primer piso. Le tranquiliza escuchar a su esposa decir que lo amaba solo a él.
Pronto fue a tomar su lugar, mientras que su hijo traía a su madre de la mano.
— Ya estamos aquí, ahora compórtate papá, no le estés levantando falsos a mamá, si sigues de mal portando ella te va a castigar. Quizás te quite las llaves de tu coche preferido.
Eso le importaba poco al CEO, de todas formas tenía chófer, lo que no quería era que lo bajarán de la cama, que Angelic lo sacara de la habitación, ese si sería un verdadero castigo para él.
— Señora, aquí está lo que pidió, disfrútelo. Espero que le guste.
La bella pelinegra salivó, el aroma del platillo inundaba sus cosas nasales. Angy comenzó a comer disfrutando de cada bocado.
— Dago, tráeme por favor miel de maple.
— ¿Miel de maple, señora? — Preguntaba el chef para confirmar.
— Si, me apetece agregarle un poco.
— Ahhh... Las mujeres son tan impredecibles, tendrás que d