Yo solo amo a mi esposo.
El CEO bajó en brazos a su esposa, ella no se despertó, la subió a su habitación y le quitó los tacones, la falda y desabotonó su blusa para que durmiera más cómoda.
Después bajó a su despacho a trabajar un poco, su hijo se había encerrado en su habitación a hacer la tarea. Era un niño muy inteligente que no tenía dificultad en hacer los ejercicios.
El empresario sin embargo estaba incómodo, por supuesto que le pediría una explicación a su mujer, había estado todos esos días cerca de ese peculiar cliente, y no le había dicho que estaba casada, esa mujercita se merecía un castigo.
Por la noche en la cena. La arquitecta bajó tallándose los ojos, no llevaba nada encima más que un bello albornoz, algo que era muy extraño, ella siempre procuraba estar bien vestida para cenar con su esposo y su hijo.
El CEO Darkok, y el niño Vladimir, se le quedaron viendo por unos momentos, no es que se viera mal, ella lucía hermosa, el cabello lo tenía recogido en un moño alto desprolijo que le