Las esposas regañan a sus esposos.
Los Darkok estaban molestos aún, preocupados y angustiados por la salud de Angela, la insistencia de Emiliano podía complicar las cosas.
— No creo que sea momento de que te pongas así de intenso Emiliano, deja que las cosas se calmen un poco, ¿Qué no ves que tú tío Dimitrir todavía está muy decepcionado de ti?
— Entiendo su postura, pero lo único que he hecho es amar a su hija, no debería crucificarme por eso, la he tratado bien, soy atento y considerado con ella.
— !Si, pero te la llevaste a la cama, eso no deberías de haberlo hecho, demonio! — El imponente CEO de penetrantes ojos grises, se quería tragar a golpes a su sobrino.
— Ya deberían de abrir más la mente, tener sexo con la persona que quieres no es el fin del mundo, es un acto natural entre novios.
— ¡Qué normal ni que diablos, para nosotros no es nada natural, o dime Emiliano! ¿Te gustaría que tu esposa, la que será la madre de tus hijos, ya haya hecho el amor con otro hombre y que hasta tenga un hijo de él?