Ella es mía, no la dejaré ir.
La mirada gris del CEO Darkok era más que aterradora, estaba dispuesto a todo por recuperar a Angelic. Incluso matar a ese desgraciado.
— Ha llegado la hora de llamar a nuestro peculiar amigo.
— ¿Quieres que lo haga yo, Emil? — El mano derecha Oliver, preguntaba.
— Yo lo llamo, ya verá ese bastardo roba madres, si me hace perder la paciencia. — Axel quería hacer la negociación, era bastante bueno con eso.
— Lo haré yo mismo, quiero saber que tiene para decir ese bastardo.
(...)
En el despacho, Aleskey después de recibir una buena mamada, bebía un trago de whisky, no se podía decir que estaba totalmente relajado, él estaba esperando saber quién tenía su mercancía y su dinero para ir a matarlo y recuperarla.
Aunque todos los CEOS poderosos que se encontraban en la compañía Mendoza querían hacer la llamada para acorralar al infeliz mafioso, fue el mismo heredero de la mafia mexicana quien lo llamó.
— ¿Y ahora quién demonios me está llamando? Parece ser un teléfono