El nacimiento del bebé Lombardi.
El CEO de penetrantes ojos azules se puso de pie de inmediato. Sabía que ese día llegaría, pero ya vivirlo era diferente.
— ¡La junta se cancela, la dejaremos pendiente para después, mi esposa rompió fuentes y está por dar a luz, tengo que irme!
El empresario recogió sus documentos, los metió a su portafolio, y ya iba de salida cuando su hermano lo llamó.
— ¡Espera Doménico, yo te llevaré al hospital, mírate, estás todo nervioso!
— ¿Y como quieres que esté? ¡Mi hijo ya viene, y yo estoy aquí, Stella seguro está asustada, soy un pésimo marido!
A Dominic, de solo escuchar a su hermano ya le daban ganas de darle un par de cachetadas para que se calmara.
— Si sigues hablando de esa forma te voy a dar un chingadazo Doménico, no eres un mal esposo, tienes que trabajar, ¿Si no trabajas como vas a mantener a tu familia?
— Si me golpeas te voy a regresar el golpe, Estoy nervioso, no idiota. — Los hermanos gemelos tenían una buena relación, Pero como siempre pasa de niños pele