El bebé Lombardi ha nacido.
La esposa de su amigo gritaba y se retorcía de dolor, cada vez los dolores le arreciaban más y más.
— ¡¿Por qué cuando las mujeres van a dar a luz su fuerza parece aumentar?!
— ¡No lo sé, Rafael, pero a este paso Stella nos va a romper la mano!
— ¡No sean exagerados, no son ustedes los que sienten este infernal dolor, así que dejen de lloriquear!
La mujer parecía estar poseída.
— Con razón Doménico huyó, su mujer está como poseída. — Dimitrir le susurraba a su amigo.
— ¡Te estoy escuchando, carajo, no estoy poseída, solo tengo un dolor insoportable, Dimitrir Darkok, no se cómo Angelic te quiere siendo un hombre tan insensible, tan frío, y... tan controlador!
El CEO pensó que además de estar apoyando ahí, estar adolorido de la mano por los fuertes apretones que la embarazada le daba, todavía iba a salir ofendido.
Las carcajadas del CEO Mendoza no se hicieron esperar, la futura madre le había cantado unas cuantas verdades a su amigo, claro que en un estado natural ella