El amor está en el aire.
El mafioso De Russie, ya había puesto a sus hombres a vigilar la mansión Darkok. La órden era que apenas vieran salir a la arquitecta, se le avisara para ir por ella, estaba más obsesionado que nunca con Angelic, y no iba a retractarse de sus planes.
El CEO ruso por supuesto que ya se había dado cuenta de que estaban siendo vigilados, pero mientras mantuviera a su hijo y a su ex mujer dentro de la mansión, ellos estarían a salvo.
— Entonces, ¿Cómo te has sentido en la villa Darkok en esta semana que tienes aquí, pequeño Vladimir? Has ganado algo de peso, la leche de tu hermosa madre te está haciendo mucho provecho, si sigues así te vas a recuperar más pronto de lo que el médico nos dijo.
El bebé ya estaba más despierto, comía a todas horas en pequeñas tomas, Angelic le tenía toda la paciencia del mundo y no le importaba pasar horas solo ocupándose de la alimentación de su hijo, mientras que el CEO siempre lo cargaba en sus brazos y le daba el calor corporal que necesitaba,