Doménico se entera de que su hijo está herido.
La campaña ya había sonado en todo el plantel infantil, los niños ya habían regresado a sus salones, las mises los recibieron pero sin duda notaron que faltaban los herederos de tan importantes familias.
La mises salieron de inmediato a buscarlos, fue cuando vieron venir a los gemelos Mendoza, ellos habían dejado a Vladimir cuidando de su amigo mientras corrían a avisar que Lucano estaba herido.
Con premura los mellizos las llevaron a los sanitarios.
Las docentes al ver al niño en condiciones tan delicadas, querían que la misma tierra se las tragara, había un niño golpeado en la escuela, la situación era terrible, y con lo poderosos que eran ambos padres, se podían considerar muertas o en prisión.
— ¡Lucanito, por dios pequeño! ¿Pero que fue lo que te pasó? ¿Quién se atrevió a lastimarte así?
La maestra del niño preguntaba entre llanto. Estaba casi histérica, no podía creer que uno de sus alumnos hubiese sido atacado así.
— ¡Tenemos que mantener la calma, este pequeño n