Confesando la verdad.
La trilliza Mendoza había logrado escapar de las miradas penetrantes de sus hermanos y su padre, no sabía si los había convencido con la historia absurda que les había contado, pero por lo menos ya estaba en su habitación.
Rafi cerró la puerta y recargó su espalda en ella, dejó escapar el aire de sus pulmones y ya sin tanta presión, pudo sentir que su cuerpo estaba adolorido, sobre todo en su parte íntima, había sido su primera vez, y Vladimir estaba muy bien dotado, por supuesto que la dejaría doliendo bastante.
— Carajo Vladimir, pensé que me romperías con ese miembro tuyo... Ahhh, ¿Qué hemos hecho...?
Rafi fue al sanitario a tomar un analgésico para el dolor, ella dejó la envoltura en el tocador, después llenó la tina con agua caliente y se metió en ella. Al cerrar los ojos las imágenes de Vladimir acariciando su cuerpo venían a su cabeza una y otra vez.
La Jóven Mendoza sabía lo que sentía por él, hacer el amor con el heredero Darkok le había aclarado sus sentimientos, e