Yo... lo amo...
El jóven CEO ya había pasado por lo mismo que había visto que su hermana estaba pasando. Una chica virgen tomada por un chico, ella dolorida, pálida, nerviosa, con alguna marca que se hacía al calor de las caricias.
Ahora lo que quería saber era quien había sido el atrevido que le robó a su hermanita su primera vez, tenía que saberlo, primero le daría la paliza de su vida, después... Después buscaría la forma de hacerlo sufrir en cualquier ámbito, de Rafaela no se iba a burlar.
— ¡¿Qué..?! Rafael, sabes que te quiero, que te respeto, pero eso es solo cosa mía, no voy a darte el nombre de ese chico, ni siquiera sé si lo volveré a ver, este ha sido un día muy complicado, por favor márchate.
El gemelo se dió cuenta de que no le sacaría el nombre de ese cretino a su hermana, ella era de convicciones. Más tampoco iba a dejar las cosas así, investigaría por su cuenta esa identidad.
— No pensé que tuvieras a alguien tan especial para ti en tu corazón, eres muy jóven para eso.