Celos asesinos, ella es mía. Maldito ladrón.
La bella arquitecta se volteó lentamente a ver a su ex marido.
El imponente CEO de cabellos castaños y mirada gris, le pedía dejarlo llevarla a su casa. Pero eso no iba a pasar.
— No es necesario que me lleves, traje mi coche.
— Estás embarazada Angelic, no deberías conducir, es... arriesgado.
— Entiendo que te preocupes por el bebé, pero se conducir perfectamente bien, si hubieras puesto atención en mi alguna vez, te habrías dado cuenta. Ahora me voy, estoy cansada y muero de sueño.
— Querida, te acompaño al auto. Ve con cuidado y envíame un mensaje para saber que llegaste bien, eso me dejaría más tranquilo. — De Russie se acercaba a echarle más leña al fuego. Disfrutaba bastante cada vez que hacía enfurecer de celos al CEO Darkok.
— Está bien Aleskey, que tengas una buena noche.
De Russie no iba a perder la oportunidad de despedirse con un beso de su novia, y aunque fue corto y suave, el hombre... la besó delante de su ex marido.
Dimitrir apretó los puños, nun