Amor de padres. El peligroso CEO De Russie.
El CEO se había tomado muy en serio las indicaciones del médico, cargaba lo más que podía a su bebé, le acariciaba la espaldita, le besaba los cabellitos.
— Vladimir, si no fuera porque tienes un padre que hace ejercicio y pesas en el gimnasio tres veces por semana, no podría traerte cargando todo el día, pareciera que no pesas mucho pero si cansas, eh. El seno de tu madre te está haciendo mucho provecho.
— Cada tres horas el niño pedía la dulce leche de Angelic, desde que la probó no quería más nada, eso sí, se tomaba su tiempo para comer, descansar, volver a comer, y descansar de nuevo hasta que se quedaba satisfecho y dormía muy cómodo en los brazos de su poderoso padre.
Así pasaron tres días, los padres esperaban al médico para saber cómo habían salido los exámenes del niño.
— Aunque ya me dieron de alta, la cesárea me sigue doliendo bastante, yo quería que me quitarán la intravenosa para que ya no me molestara, pero así no me pueden inyectar como antes. — La pálida y