El aire húmedo y cálido rozó sus mejillas, provocando que el corazón de Dalila se estremeciera.
Al ver que sus ojos prácticamente brillaban, su corazón latió aún más rápido. Estaba visiblemente nerviosa. —Albert Kholl, n-no seas así—.
Albert Kholl ya había desabrochado su segundo botón.
Dalila miró hacia arriba y vio su sexy nuez de Adán y su clavícula, y sus tonificados músculos del pecho asomándose debajo de la camisa negra.
Los finos dedos del hombre estaban en su tercer botón. Su piel clara contrastaba con la camisa negra y los botones, y al quitarse la ropa... resultaba seductora.
Esos músculos del pecho, tan bonitos y definidos, esa nuez de Adán temblorosa...
Y los niveles hormonales elevados.
Dalila apenas podía soportar lo rápido que latía su corazón.
Su rostro parecía calentarse cada vez más.
—T-tú...—
Al ver a Albert Kholl desabrochar otro botón, revelando aún más de su pecho, y luego su abdomen...
Y bajando aún más...
Vaya, Dalila rápidamente se tapó la nariz, por mied