La jornada laboral llega a su fin en Hill Enterprises, y las luces de la empresa comienzan a apagarse poco a poco.
Leah cierra con cuidado la puerta de su oficina, sosteniendo su bolso con una mano y un leve suspiro en los labios.
La tarde-noche se anuncia templada, con un cielo que mezcla tonos azulados y un aire ligeramente húmedo.
Camina por el pasillo principal mientras el sonido de sus tacones resuena en el suelo de mármol.
A cada paso, siente cómo las emociones acumuladas durante el día se mezclan con algo más profundo: una inquietud que no puede explicar.
Ha decidido ir directamente a casa.
No quiere esperas, ni conversaciones innecesarias, mucho menos un encuentro con su desagradable esposo.
Porque efectivamente aquel es el calificativo que ella le da a su esposo Kevin Hill.
Su nombre retumba en su mente con una fuerza que la descoloca.
Desde aquellos días en los que el límite entre la distancia y la cercanía se había desvanecido por completo, la tensión entre ambos s