Mi auto no enciende.

-Hola Omar, tanto tiempo sin vernos, siempre es un gusto, dijo Emma alegremente.

Omar se retiró de inmediato, cuando Emma volvió a mirar a Noah, este tenía un rostro de que preguntaría de donde se conocían, cosa que Emma no pondría responder con sinceridad, puesto que entre los trabajadores de Noah no podía haber ninguna relación y si era sincera con él, dejaría al descubierto a Omar y a Clara.

-Bueno, por lo visto conoce a mi mano derecha, a Omar, ¿puedo saber de dónde lo conoce señorita?

-Señor Connor, la curiosidad mató al gato, respondió ella pícaramente, haciendo reír a Noah.

-Bueno, si no me lo quiere contar, está bien, Omar me lo dirá, dijo él riendo.

Ah y algo muy importante, dígame Noah, que una mujer tan bella como usted me diga señor, me hace sentir viejo y lo que tengo son treinta y cinco años, no estoy ten viejo.

-Claro que sí señor, dijo ella riendo.

Bueno, aquí está su contrato firmado, la verdad es que usted es un buen jefe, no tengo queja alguna en lo laboral, leí el mensaje, la cláusula de recisión del contrato es bastante alta, pero no habrá problema en trabajar tres años para usted, así que no le pagaré cien millones de dólares por dejar mi trabajo tirado, solamente olvidé un pequeño detalle señor, sé que ya es un poco tarde para aclararlo porque ya firmé el contrato, pero me casaré el fin de semana y mi prometido y yo nos iremos de vacaciones durante quince días.

-No se preocupe señorita, que su afortunado esposo la tendrá durante quince días, ya lo había pensado y después será todita para mí, dijo Noah riendo pícaramente, haciendo que Emma volviera a ruborizarse.

-Bueno señor Connor, un placer, ahora debo marcharme, voy algo retrasada para mi ensayo.

-La acompaño, yo igual voy bajando, tengo una reunión a las seis de la tarde y no puedo llegar tarde.

Iban bajando en el elevador y Noah no le quitaba los ojos de encima a la chica, ella era realmente la mujer más bella que había conocido, aparte inteligente, agradable y nada interesada, él siempre había soñado encontrar una mujer así y cuando la encontró, estaba a punto de casarse con quien sabe qué tipo de hombre.

-Sabe señorita, siempre pensé que cuando encontrara la mujer de mi vida, sería así, como usted.

Con la vos entrecortada por el nerviosismo que aquel hombre le provocaba, Emma solamente pudo decir.

-Señor Connor, es un poco tarde, me casaré en pocos días, esto último lo dijo con una sonrisa nerviosa que la hacía ver un poco más angelical.

Al salir del estacionamiento, uno de los empleados de Noah, lo llamó para algo, Emma se despidió de él extendiéndole nuevamente su mano.

Ella entró a su vehículo, pero este no encendió, a pesar de que era un auto de lujo, un Lexus de lujo que su padre le había regalado hacía un año por su cumpleaños, ella no lo había pedido ni lo iba a aceptar, pero sus padres insistieron en que era un regalo de ambos y que tenía prohibido rechazarlo.

-Maldita sea, solo eso me faltaba hoy, después de estar en una incómoda reunión con este hombre y sentir como me miraba, ahora tu no vas a encender, vamos, vamos, enciende, no me dejes tirada, hoy es un día importante para mí, enciende, decía Emma a modo de súplica, mientras daba golpecitos al volante.

Un golpecito en la ventana del lado de Emma, la hizo salir de su enojo, abrió la puerta, puesto que todo el sistema eléctrico del auto no respondía, así que los vidrios eléctricos no bajaban.

-Señorita Wrigth, sé que tiene un compromiso importante, vamos, la llevo, ya mañana Omar le llevará el auto a la empresa o a su casa como prefiera, no se preocupe.

-Qué pena, no es necesario, llamaré a mi padre, usted dijo que tenía una reunión, y que no podía retrasarse.

-Vamos, no se preocupe, hay siempre asuntos más importantes y hoy la llevaré a su ensayo para su boda.

Omar, llevaré a la señorita Emma, usted llame al mecánico de la empresa y que se encargue de todo, mañana quiero este auto estacionado frente a la casa de la señorita Wrigth a primera hora.

-Qué pena de verdad señor Connor, gracias por ser tan amable, decía Emma mientras el apuesto caballero conducía velozmente por la autopista.

-Al menos no llegó tarde a su ensayo Emma.

-Señor Connor, muchas gracias, estar acá hoy era muy importante para mí, de verdad, gracias por desviarse de su camino para traerme.

El hombre solamente sonrió y le extendió su mano a Emma, en donde le dio un beso en su mano como el caballero que realmente era.

Noah continuó su camino, iba hacia el club a tomar algo con algunos amigos, era el aniversario de la muerte de su padre y sus amigos siempre se reunían para recordarlo con un whisky en las rocas que era lo que su padre solía tomar cuando sus amigos lo visitaban.

Al llegar a la iglesia, aun Emma iba con su corazón acelerado, por el beso en la mano que le había dado Noah, de verdad que era algo que nunca había hecho Ernesto, ella siempre había dicho que llegaría virgen al matrimonio y hasta ahora ella lo iba a lograr, es por esto por lo que Ernesto era tan seco a la hora de demostrarle afecto, eso era lo que ella imaginaba, sin embargo, estaba lejos de la realidad.

Cuando entró, estaban todos en el lugar, menos Ernesto y Danna.

Emma saludó a todos y envió un mensaje a los dos, que al mismo tiempo respondieron con un “estamos llegando”.

Ambos llegaron juntos, Ernesto de una vez al ver los rostros de todos, dijo “tuve que llevar a Danna para que me ayudara a escoger una sorpresa para ti amor, nadie conoce tus gustos como tu amiga”.

-Claro que no Ernest, estoy segura de que te va a encantar amiga, te lo juro, tardamos más de una hora en elegirlo, dijo ella riendo.

A la madre de Emma, Julia, no le caía muy bien Danna, le parecía una persona falsa y muy interesada, que le brindaba la amistad a su hija únicamente por lo que podía obtener de ella.

-Qué extraño Ernesto, que no se te haga costumbre en ir y venir con la amiga de mi hija.

-Señora Julia, que está insinuando usted, ¿me acusa de algo? Dijo Ernesto con total prepotencia.

-Ya por favor, hoy es un día muy importante, vamos a comenzar, dijo Emma tratando de apaciguar el carácter de su madre, a ella no le importaba decir lo que fuera necesario con tal de que su hija no sufriera en absoluto, una madre sobre protectora que tenía varios meses de observar conductas un poco extrañas en su futuro yerno.

Antes de que la maestra de ceremonias iniciara con el ensayo, Emma le envió un mensaje a Clara contándole lo sucedido con el señor Connor.

De inmediato, Clara marcó el número de Emma.

-Vamos, no me puedes dejar así, que espere quien tenga que esperar, dime, como fue eso de que te besó la mano, vaya amiga, esto está yendo rápido,? le dijiste que te ibas a casar verdad, que te dijo él?, de verdad que me tienes impresionada, este hombre del que me hablas es muy diferente del que Omar me contaba, bueno, ya ni modo, lástima que no lo conociste antes que a Ernestonto, ese tipo no me gusta para ti, pero bueno, que se le va a hacer, no podría elegir yo al hombre indicado para ti, bueno, mañana hablamos colega, dijo Clara riendo y colgando la llamada.

-Ya, estamos listos todos, dijo Ernesto de mala manera.

El ensayo se dio sin más, todo salió perfecto.

-Amor, estoy sin auto, no quiso encender, llegué de milagro a este lugar te lo juro.

-Que mal, dile a tus padres que te lleven, yo debo reunirme con Noah en este momento, teníamos una reunión hace rato, llevo a Danna y la paso dejando a su casa, total, me queda de paso.

-Está bien, cuídate mucho.

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