Antes de la boda.

Emma el día de su boda, se levantó, miró a su alrededor, estaba en casa de sus padres, a su lado el pequeño Noah sonriendo.

-Hola mi amor hermoso, mami está hoy más feliz que nunca, te tengo a mi lado, me casaré con tu papi, qué más puedo pedirle a la vida, hablaba ella con su pequeño hijo.

-Mi amor, esa sonrisa lo dice todo, tu madre y yo estamos felices de que encontraras a un hombre que te ame como solo tú te lo mereces.

-¿Dime, que quieres hacer, donde te llevo?, seré tu chofer personal mi princesa, Julia se encargará de mi nieto, dijo Marco abrazando a su hija.

-Gracias papá, necesito ir a la clínica un momento, después de eso volveremos a casa, llegará la estilista, quiero estar hermosa para el día más importante de mi vida.

Sabes algo papá, tengo tanto que agradecerle a la vida, hace algún tiempo estaba entusiasmada porque me casaría con el que yo pensaba era el amor de mi vida, Ernestonto y mira ahora puedo decirte con total franqueza que Ernesto no fue amor, no es ni la sombra de lo que Noah Connor significa en mi vida.

-Mi amor, siempre tu madre y yo supimos que llegaría a tu vida un Noah Connor para hacerte feliz y de paso a nosotros dijo Marco tomando al pequeño niño en sus brazos.

¿A qué tienes que ir a la clínica amor?

-Pa, es algo que quiero chequear, nada importante, ya sabes cómo somos las mujeres, dijo Emma guiñándole un ojo.

-Como tu digas mi amor, tus deseos son ordenes.

Emma bajó a desayunar, ya Julia había dado de comer a su nieto, Marco estaba listo para salir y Emma se veía realmente feliz.

Al sentarse a desayunar, sonó el timbre, Marco abrió la puerta y un gigantesco ramo de rosas apareció.

-Emma Wrigth, esto es para ella.

-No, soy Marco su padre, yo las recibo muchacho, debe de ser complicado cargar semejante ramo, dijo Marco sonriendo.

-Mi vida, mira lo que ha llegado a la puerta.

-Noah, siempre tan detallista, dijo Emma riendo, haciendo que sus padres se miraran con complicidad, su hija se veía realmente enamorada de un buen hombre.

-Mi amor, gracias por las rosas, están hermosas de verdad.

Noah solamente respondió con un beso y un te amo.

En la clínica, Emma estaba feliz, el resultado de su prueba de embarazo daba positiva, el ultrasonido decía que tenía algunos meses de embarazo, ella quedó embarazada el día que raptaron a su hijo, ese día en donde hizo el amor con Noah Connor hasta el agotamiento.

-¿Papá, guardarías un secreto?, preguntó Emma a su padre que iba conduciendo.

-¿Un secreto, a tu mamá también debo guardárselo? Ella siempre me descubre.

-Vamos papá es solo un secretito, puedes contarle a mamá pero solo a ella y debes de hacerla prometer que no se lo dirá a nadie más, mucho menos a Noah.

-Si puedo contarle a Julia si, si puedo guardar un secreto con el resto del mundo, respondió Marco riendo.

-Bueno papá, vas a ser abuelo, dijo Emma mirando la expresión del rostro de su padre.

-Abuelo, otra vez abuelo, en qué momento Emma, dijo Marco riendo, pensé que había sido claro con ustedes de que en casa no y menos antes de casarse, decía el hombre riendo escandalosamente.

-Papá que cosas dices, asumo que te gusta la idea de ser abuelo.

En ese momento, en la parada de un semáforo, Marco paró el auto y salió gritando a las personas que estaban a su lado que sería abuelo nuevamente que era el hombre más feliz del mundo, volviendo a entrar al auto.

-¿Papá y lo de guardar el secreto, en donde quedó?

-Mi amor, no pude, lo siento, te imaginas, otro niño o niña en la casa, soy el abuelo más feliz del mundo.

Llegando a la casa, Marco le contó a Julia que serían abuelos nuevamente, pero que era un secreto y que no podía decirle a nadie.

La mujer lloró de la emoción, subió a la habitación en donde maquillaban a Emma y la abrazó.

-Tu papá me acaba de decir hija, estoy feliz, seré abuela otra vez, mi amor que regalo más hermoso nos has dado, ¿me imagino que se lo dirás a Noah esta noche?

-No me hagas llorar mamá, por favor, dijo ella limpiando las lágrimas de alegría que salían de sus ojos. Sí le diré a Noah esta noche.

Al ser las cuatro de la tarde, Emma era llevada por sus padres hasta la iglesia en donde una vez, sintió el dolor más profundo que ella imaginaba había sentido, en donde se encontró a su mejor amiga teniendo relaciones con quien sería su esposo.

Ahí en el mismo salón, esperando a que los invitados llegaran, una persona que no estaba invitado, llegó al salón.

-Emma, por favor no te cases con ese hombre, él no te hará feliz, por favor, dame la oportunidad, dime que me perdonas, dime qué quieres que lo volvamos a intentar, por favor.

-¿Ernesto, que hacer aquí, quien te dejó entrar?

Sal de aquí ahora mismo!

-Emma, no ha pasado un solo día en que no piense en ti, sabes que te amo desde siempre, que me he arrepentido de lo que te hice, Noah Connor no es el hombre para ti, mírame Emma, soy yo, el hombre que más te ama en la vida, yo estoy dispuesto a hacerme cargo de tu hijo, te juro que nunca una palabra saldrá de mi boca para reprocharte nada.

-Ernesto por Dios, escúchate, estar realmente loco, sabes que yo sé que te involucraste con Kira Morrison, que sabías que mi hijo sería secuestrado, para mi eso es complicidad aunque no pueda demostrarlo, ahora lárgate de aquí en este mismo momento Ernesto.

Al escuchar ruidos, Oscar que estaba pasando por ahí, entró y encontró al tipo intentando besar a Emma, de un solo golpe, lo sacó de la iglesia.

-¿Está bien señorita Wrigth?

-Estoy bien Oscar, gracias, solo te pido un favor, no se lo digas a Noah, no quiero que este día él lo pase mal.

-No se preocupe señorita.

-Ah y lo más importante de todo esto Oscar, ya sé que te vas a casar con Clara, aunque no nos lo hayas contado, Noah y yo estamos felices, así que de ahora en adelante, soy Emma, no señorita o señora, Esta bien?

-Sí señora; Emma, ay deme tiempo para acostumbrarme, dijo Oscar con una sonrisa.

-Sabes algo Oscar, desde que Clara me contaba de su amor, estaba segura que terminarían en matrimonio, Noah iba a aceptar esa relación, no iba a permitir que dos de sus mejores colaboradores renunciaran, además, ya me contó que te hizo socio de algunas de sus clínicas, eso me hace inmensamente feliz, tú te lo mereces Oscar, dijo Emma abrazándolo fuerte.

-Gracias señora, de verdad gracias, Emma, Emma, dijo riendo y saliendo del salón.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP