Luna
La noche caía sobre la fortaleza como un manto de terciopelo negro. Desde mi ventana, observaba las estrellas que parecían diamantes esparcidos sobre el firmamento. Habían pasado tres días desde nuestro último encuentro, desde aquella conversación que había cambiado algo dentro de mí.
Vladislav Vasiliev. Su nombre resonaba en mi mente como un eco constante. El temido líder vampiro, el hombre que me había arrebatado mi vida anterior para sumergirme en este mundo de sombras y sangre. Y sin embargo, algo había cambiado en la forma en que lo veía.
Detrás de esa máscara de frialdad y crueldad, había vislumbrado algo más: soledad. Una soledad tan profunda como la mía, quizás más antigua, más dolorosa. Siglos de existencia contemplando cómo todo lo que amaba se desvanecía, convirtiéndose en polvo mientras él permanecía inmutable, eterno.
Me alejé de la ventana y me miré en el espejo. Mis ojos habían adquirido un brillo diferente, más intenso. Mi piel pálida contrastaba con mi cabello os