Me quedé allí, mirándola por mucho tiempo, debatiéndome entre irme y dejarla aquí, o acabar con su sufrimiento. Sabía que ella se había convertido en Gytha, y ese conocimiento me desgarraba por dentro. ¿Cómo había sucedido esto?
Mis ojos se posaron en el libro que yacía a un lado. Lo levanté y lo observé de nuevo; ahora estaba plagado de runas, muchas de las cuales reconocía y entendía su significado.
Miré el cuerpo de Renee, y vi que muchas de esas runas estaban grabadas en su piel. La rabia se apoderó de mí; me había mentido, y por su culpa, ahora era considerado un traidor.
Con furia, hice trizas el libro, dejando que sus páginas destrozadas se esparcieran a mis pies. Me levanté, decidido a encontrar a mi padre por mi cuenta. Ella ya no valía la pena. Pero, al mismo tiempo, una parte de mí se inquietaba; si la dejaba aquí, tal vez todo empeoraría.
Me detuve, girando para mirarla de nuevo. Me acerqué y la cargué en mis brazos, sintiendo cómo la ira me consumía. Era un completo idiot