LA SUELTAS O TE MATO.

Cuando André llevaba a la chica del brazo hacia el baño de hombres, el hombre de la mesa de al lado que estaba atento a la segunda planta, mientras bailaba con su acompañante, subió casi corriendo cuando miró a la mesa de la chica y ella no estaba.

Dejando sola a su pareja de baile en la pista, subió y observó la situación como Zaira era llevada en contra de su voluntad.

El hombre no era otro que Dante Fabbri, a quién le hirvió la sangre al ver que llevaban a Zaira arrastrada hacia el baño.

-Suéltala o te juro que te mato, grito Dante haciendo que el chico se paralizara por un momento al escuchar aquella voz de trueno del enfadado hombre.

-¿Porqué la voy a soltar, es tu mujer acaso? Preguntó André estúpidamente.

-Sí, es mi mujer, respondió Dante sin pensarlo.

No había nadie en todo el continente que no supiera quién era Dante Fabbri, André sabía perfectamente a quien se estaba enfrentando, pero al ver que se iban a llevar a Zaira, quien era obvio no era la mujer de Dante, porque él estaba acompañado de quien fue su prometida, André quiso jugársela.

-No creo que sea tu mujer, además, estas con Olivia Renoir, esa si es tu mujer, así que a mi déjame en paz para terminar lo que comencé con esta puta.

Cuando Dante escuchó esa frase, se quedó mirando a Zaira con ojos de decepción, era posible que André fuera un cliente mas y que no había pagado lo acordado, así que por esa razón ella ahora no estaba interesada en continuar con la cita.

-¿Tu dime Zaira Smith, te vas con él o te quedas conmigo?

Zaira a quien le dolía el brazo por el agarre de André, miró a Dante a los ojos y sin pensarlo solo respondió “me voy contigo”, diciendo esto André levantó la otra mano para golpear a la chica, sin embargo, Dante le dio un puñetazo que lo hizo caer la piso.

-Saquen a esta basura de aquí, tiene el acceso restringido, dijo Dante quien era dueño del exclusivo lugar.

Rina y Stella, quienes habían vuelto a la mesa, buscaban a su amiga por todos lados, pero no fue hasta que la miraron volver a la mesa acompañada de Dante.

-Señor Fabbri, que gusto, dijo Stella algo impresionada.

-Hola chicas, llevaré a Zaira a la casa, mi chofer las llevará a ustedes, Malcom está afuera esperándolas.

Dante tomó la mano de la chica y la sacó por la puerta trasera, a Dante se le olvidó Olivia por completo.

Entraron al auto de Zaira, Dante era quien conducía, en el auto había un silencio total, Zaira se sentía abusada y Dante tenía sentimientos encontrados.

-Él, André es uno de tus clientes, no llegaron a un acuerdo, o que fue lo que pasó?

-No, no es uno de mis clientes, o tengo clientes, solo salí con mis amigas del café a divertirme un poco ates de entrar mañana a lo que será mi peor pesadilla, trabajar con usted señor Fabbri.

-mmm, ya veo, fue todo lo que dijo Dante, sintiendo alegría al saber que la chica no estaba con un cliente esa noche, pero a la vez se sentía decepcionado, porque solo indicaba que la relación entre Zaira y Arnold Stone era algo que iba en serio.

-¿Esa casa en donde tu madre y tu viven, es de Stone verdad?

-Sí, es de Arnold, él es un buen hombre, fue muy amigo de mi padre, dijo Zaira inocentemente.

-¿De verdad? Amigo de tu padre y ahora está contigo.

-Sí, no le veo nada de malo, ha sido mi apoyo durante este tiempo en que la he pasado tan mal, dijo la chica refiriéndose a la falta de su padre, pero Dante lo entendió todo mal, pensaba que se trataba de dinero.

-¿Cuánto?

-¿Cuánto que señor Fabbri?

-Cuanto por una noche más Zaira?

-Usted es un idiota, de verdad que no entiendo como un hombre que se supone es muy inteligente, es a la vez tan estúpido, dijo la chica mirando al hombre conducir seriamente y bajando la velocidad hasta quedar frente al mirador.

-Tu y yo vamos a hablar Zaira Smith y eso será ahora mismo.

Dante bajó del auto, abrió la puerta del lado de la chica y le tomó la mano, nuevamente esa electricidad que los recorría volvió a aparecer.

-No voy a bajar del auto, me quedaré aquí, no tengo nada de que hablar con usted, aparte es mi jefe así que únicamente de trabajo hablaremos, dijo ella algo molesta.

-Por favor, baja, necesitamos aclarar las cosas de una vez por todas Zaira, no soy de hacer este tipo de cosas, pero contigo tengo que hacerlo.

-Bien, ¿Qué quieres? Preguntó ella bajando del auto y caminando hacía el balcón del mirador, en donde el frío era bastante intenso.

-Toma, te vas a enfermar, dijo Dante colocando una jacket que llevaba en su mano, hasta ese momento, Zaira se dio cuenta de la presencia de la jacket, ella estaba tan distraída con el apuesto hombre que no lo había notado.

-Gracias, dijo ella temblando de frío.

-No hablaremos en el auto, porque siento que es asfixiante estar con una mujer como tu en un lugar tan cerrado y a tan corta distancia y no poder besarte, así que es mejor aquí.

A Zaira esas palabras la pusieron algo nerviosa.

-Bueno Dante que desea hablar conmigo, sea breve, necesito llagar a la casa, mañana tengo que trabajar y mi jefe me pidió que llegara temprano.

-Tu jefe es un ogro cuando se lo propone, ¿lo sabías?

-Sí, es un idiota que no se da cuenta de las cosas, dijo ella refiriéndose a lo que él despertaba en ella.

-Bueno, al menos y lo conoces un poco, eso es bueno. Mira si no quieres presentarte mañana a trabajar, está bien, tomate el día, pero hoy regálame lo que queda de la noche, así sea para estar aquí mirando el mar Zaira de verdad, solo quiero estar contigo un rato, tu presencia me hace bien.

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