En el elevador, Dante no podía quitar los ojos de Zaira, era realmente hermosa, ella sentía la mirada del hombre, sin embargo no dijo, cuando el elevador estuvo en el primer piso, ella solamente dijo “hasta mañana señor Fabbri” el hombre se quedó ahí mirándola sin decir nada.
Ella subió a su auto, las piernas le temblaban al recordar las miradas de Dante.
Ella pensó en ese momento que tenía que sincerarse con el hombre y decirle lo que sentía, que se fuera al diablo todo era su jefe pero no podía seguir así.
Zaira bajó del auto y entró a la empresa, con la gran sorpresa de que si encontró a Dante, pero dando un beso apasionado a Olivia Renoir, quien había ido a buscarlo y se lanzó sobre él besándolo para demostrarle cuanto lo amaba.
Zaira intentó marcharse sin ser vista, pero Dante se dio cuenta de su presencia.
-Apartando rápidamente a Olivia él se alejó de ella.
-¿Zaira, dime, pasó algo?, preguntó Dante un poco nervioso al verla, como si debiera dar alguna explicación.
-No, no, solo me devolví a ver si aun estaba por acá, quería preguntarle algo acerca del trabajo que me encomendó, discúlpenme la interrupción por favor, dijo la chica marchándose.
-Zaira espera por favor, sin embargo ella subió a su auto, arrancó y se marcho sintiéndose la más tonta del mundo.
-Ya deja que se vaya, tu y yo tenemos que hablar Dante, yo te amo, no eres indiferente ante mis besos, al menos este beso lo ha demostrado, démonos una nueva oportunidad, me trasladaré a trabajar en Italia, de verdad deseo luchar por esto.
-No mal interpretes las cosas, tú me besaste, yo te seguí el juego, pero no te amo, es mas esto no volverá a suceder Olivia, lo nuestro se acabó, eres una mujer hermosa, pero te adoro como mi amiga que eres solamente.
-Está bien, no digas que no lo intenté, dijo ella sabiendo lo que había hecho, ella miró a Zaira bajarse del auto por eso besó a Dante de esa manera y el hombre cayó en su trampa como el más iluso.
-¿Vamos a cenar?
-No, iré a mi casa, tengo mucho en que pensar, Malcom te llevará donde tu digas, yo me iré en otro auto. Dijo él bastante cortante.
A Olivia no le quedó más que volver a su hotel, ella estaba segura de que Zaira había conquistado a Dante.
Condujo hasta el mirador, estuvo un buen rato mirando los últimos minutos de la puesta de sol, mientras que sus lágrimas bajaban por sus mejillas.
-Vamos Zaira Smith, tienes que ser una mujer fuerte y enfocada en tu carrera, ya aparecerá un hombre para ti, no puedes enamorarte de Dante Fabbri, si estuviste con él fue por necesidad, por una emergencia, eso es todo y él te ve como una prostituta nada más.
-¿Zaira?
Dijo una voz detrás de ella haciéndola salir del mundo en el que estaba.
-Señor Fabbri, que pena con usted, disculpe mi interrupción de hace rato, le juro que no sabía que estaba acompañado, dijo la chica suspirando fuertemente, reprimiendo sus sentimientos.
-No pasa nada, Olivia es una amiga, fue mi ex y ha mal interpretado las cosas, ya se lo he dejado claro.
¿Pero dime, que querías comentarme acerca de la campaña?
-Nada, era solo una idea, pero pensándolo bien, no era una buena idea.
-¿Tienes hambre? Preguntó él de la nada.
-Un poco, solo que pasé por acá y estaba la puesta de sol, así que quise bajar y verla.
-Ven dijo él caminado a un costado del mirador, por lo visto te gusta la comida rápida, esto te va a encantar, dijo él sonriendo.
Al llegar al lugar, un puesto de hot dog gigantes los esperaba, Zaira sonrió al ver aquello.
-De verdad le gusta este tipo de comida?
-Pues sí, la mayoría de las personas no lo saben, pero en mi casa algunas veces le pido a Sabina mi ama de llaves que me prepare este tipo de comida para cenar, solo que no puedo hacerlo siempre por salud, dijo él sonriendo, pero sabes que me parece increíble, que tú con el cuerpo que tienes comas esto, nunca había conocido a una mujer que lo haga sin ninguna culpa; yo te vi devorar esa hamburguesa en el almuerzo, dijo él sin pensarlo.
-¿Entonces no fue coincidencia, ya me había visto señor Fabbri?
Bueno, imagino que es herencia de mi madre, nunca nos hemos cuidado con lo que comemos, siempre hago algo de ejercicio, pero soy muy poco disciplinada.
La mujer del puesto de comidas rápidas, estaba acostumbrada a ver a Dante, pero siempre acompañado de Malcom, su chofer, era el único que lo acompañaba a esas cenas en ese lugar.
Una mujer algo mayor, con una sonrisa amigable, era la que atendía el puesto de Hot Dog.
-Dante, me gusta que trajeras a tu novia aquí, siempre vienes con Malcom, ya era bueno conocer a la mujer que te robó el corazón.
-Martita, Martita, ella no es mi novia, es mi empleada solamente.
-Pues que tonto Dante, esta chica es hermosa y hacen buena pareja.
Mi niña, no lo dejes ir, conquístalo, tu lo ves así, un hombre de acero, pareciera que no tiene corazón, pero lo conozco desde niño, él venía con su padre a este lugar cuando tenía tres años, así que si necesitas que le hale las orejas tu solo me dices y yo lo hago, dijo Martha haciendo sonreír a Zaira.
-Pues bien señora Martha, lo tendré presente.
-No, no mi amor, no me digas señora, soy Martha solamente, la mujer de la comida rápida.
-Pues entonces Martita, lo tendré presente, si mi jefe no se porta bien conmigo, vendré a quejarme con usted, dijo ella mordiendo el delicioso hot dog.
-Qué maravilla, ahora están las dos contra mío, pero bueno, que puedo hacer,
Martha, acabas de dejarme expuesto completamente ante esta mujer, ahora ya no seré el hombre de hacer impenetrable gracias a ti, dijo Dante haciéndolas reír.
-Tú sabes que quiero una mujer hermosa para tu vida y ella lo es, no como la flacuchenta de Olivia, que no se dignó a saludarme, esa mujer no es para ti, ella quiere tu dinero solamente, mi amor, sabes que te quiero desde el día que te conocí hace ya veintidós años, no me hagas esos ojos de que haga silencio porque sabes que conmigo no funciona esa estrategia.
Así que mi niña, conquista a este hombre, eres hermosa y si eres su empleada por lo visto eres bastante inteligente, porque este chico es exigente, así que vamos conquístalo, aléjalo de la flacuchenta esa que se cree modelo.