Terminaron su hot dog, pero ninguno de los dos se marchaba, hablaban entre ellos de las campañas y algunas veces con Martha que llegaba después de atender algunos clientes.
-El teléfono de Zaira sonó al sacarlo de su bolso, ambos vieron el nombre de Arnold, esto hizo que el rostro de Dante cambiara por completo.
Debo contestar, dijo Zaira quien sin ningún estrés contestó.
-Dime, necesitas algo.
-Mi amor hemos conseguido al mejor investigador para lo de la recuperación de la empresa de Aarón, ya lo he mandado a traer al país, estará aquí en la mañana, solo quería que lo supieras, hablaré con tu madre mañana igual, ya es un poco tarde, ¿Dónde estás?
-Estoy cenando por ahí, la noticia es la mejor, estaré en casa pronto, no te preocupes, dijo ella mientras que Dante la miraba fijamente.
-Creo que debes irte, esa llamada ha sido importante por lo visto.
-No, no tengo que irme, por la llamada, pero ya es algo tarde y mañana debo llegar temprano, mi jefe es un hombre bastante estricto y estoy segura que me pondrá a trabajar fuerte, dijo ella haciendo reír a Dante.
El hombre sacó unos billetes y se los dio a Martha en su mano, era una buena cantidad.
-Toma Martita y no digas nada, recuerda que soy un hombre de acero impenetrable, casi sin corazón, dijo él riendo y haciendo que Martha se ruborizara al ver la cantidad de dinero que Dante había puesto en su mano.
-Dante Fabbri, no quiero tu dinero mi amor, solo que pases a verme de vez en cuando.
-Tu toma el dinero, sé que lo usarás en algo bueno, si no quieres que salga el ogro que llevo dentro, tómalo, dijo Dante desando a la mujer en la mejilla.
Zaira se acercó a la mujer y le dio un fuerte abrazo, Martita, ha sido el mejor hot dog del mundo, gracias, dijo besando la mejilla de la mujer.
-Mi niña que bueno que te gustó, te espero siempre con mucho cariño y de verdad, conquista a este necio, me gustas para él, dijo ella guiñándole un ojo a Dante.
Dante nunca había llevado a una mujer a ese lugar, Martha conocía Olivia porque Dante la llevó al funeral de la madre de Martha una viejecita a quien el CEO de la industria adoraba, pero fue lo peor que pudo hacer, Olivia se comportó como la mas mal educada, no saludó a nadie no entró a presentar sus respetos a la familia, cuando Dante se despidió de todos, Martha lo siguió hasta su auto y fue ahí en donde conoció a la mujer quien no mostró el más mínimo interés ni respeto por Martha, todo lo contrario a lo que había hecho Zaira, ella que era un chica que bien pudo haberse comportado como una completa mal educada porque sus padres le dieron todo, eran millonarios y siempre tuvieron empleadas domesticas, la chica se había comportado como la más humilde del mundo con Martha.
Cuando llegaron donde estaban los autos, Zaira iba a subir al suyo, pero Dante la tomó por el brazo inesperadamente.
-Zaira, gracias por el trato con Martita, ella es muy importante para mí, ella fue amiga de mi abuelo y ahora es mi consejera, siempre le ayudo con algo de dinero, ella la pasa mal, siempre le digo que lo que sea que necesita que me diga, pero ella es así, nunca me dice nada y nunca me acepta nada.
-No hay nada que agradecer, es una mujer encantadora, de ahora en adelante, son mis hot dog favoritos, me convertiré en su cliente estrella.
Ahora señor Fabbri, debo marcharme, ya es un poco tarde y mi madre debe de estar preocupada, gracias por la invitación, dijo Zaira abriendo la puerta de su auto.
Dante que deseaba besarla, se contuvo y fue hasta su auto, al llegar a la mansión, ahí estaba Olivia, había comprado una comida vegetariana, era lo que ella consumía y era lo único que compraba para que Dante cominera, nunca se había dado a la tarea de preocuparse que le gustaba a quien había sido su pareja durante tantos años.
-Hola guapo, traje comida, no me gusta cenar sola, lo sabes.
-¿Qué haces aquí?
-Vine a darte una sorpresa, dijo ella algo molesta por la pregunta de Dante.
-Ya cené, no tengo hambre, el encuentro con Zaira lo había hecho plantearse si realmente él deseaba darse una nueva oportunidad con Olivia y la conclusión era un rotundo no.
-¿Cómo que ya cenaste? Me dijiste que no iríamos a cenar porque tenías algo importante que hacer ¿con quién estabas, es con esa mujer de la empresa verdad, crees que no me di cuenta como la mirabas y la reacción de ella al vernos besándonos?
-Disculpa Olivia, te recuerdo que no somos nada, a ti no te importa con quien salgo yo o no, te voy a pedir que salgas de mi casa ahora mismo, dijo Dante con voz de trueno.
-No, No me mal entiendas, me gustaría verte feliz, solamente que no creo que esa chica sea lo mejor para ti, siempre voy a querer lo mejor para ti que eres mi amigo.
-Entiendo Olivia, pero de igual manera te pedí que te vayas de mi casa, quiero estar solo, dijo él haciendo que Olivia se sintiera algo incomoda.
Ella no había actuado de la mejor manera, el enojo la había dejado en evidencia delante de Dante y ahora tendría que ver como lo hacía cambiar de opinión.
-Dante, puedo quedarme esta noche a dormir, prometo que no te molestaré, odio quedarme en el hotel, te juro que no se siente como en casa, en cambio acá es todo más acogedor, dijo ella haciendo un puchero.
-Te entiendo, los hoteles son algo espantoso, si, no hay problema quédate acá, es tu casa, dijo Dante caminando hacia su habitación.
Olivia sabía que excitaba a Dante, así que subió y se vistió con una pequeña bata en satín color rojo, a eso de las once de la noche, tocó la puerta de la habitación del hombre.