Zaira subió al auto de Arnold, era una persona cercana a su familia con quien podía sacar toda aquella frustración que llevaba dentro sin ser juzgada o discriminada, había tenido que hacerse la fuerte frente a su madre y soportar malos tratos por parte de sus compañeros, pero con este hombre, todo era diferente, era como tener a su padre cerca, el apoyo y el cariño, estaba ahí.
¿Qué quieres cenar princesa? Preguntó Arnold ya en el restaurante.
Ella tomó el menú y pidió algo de pasta, hacía mucho que no cenaba en un lugar como aquellos, ese restaurante era el preferido de su padre, así que se sentía un poco nostálgica.
-Te traje aquí porque te veo muy cambiada mi niña, cuéntame, que ha pasado durante este tiempo, yo estuve en Turquía por negocios y enfermé allá, no pude despedir a mi amigo como hubiese deseado y aunque he llamado a tu casa no he podido comunicarme con nadie.
- Tío Arnold, perdimos la casa, perdimos todo, Max nos dejó en la calle, dijo ella contándole todo lo que su madre le había dicho frente a la tumba de su padre.
-¿Dana está enferma, como nadie me lo dijo mi niña, como no me llamaron, porque no me buscaron?
Yo pude ayudarlas Zaira, estoy molesto, yo fui amigo de tu padre, su soy lo que soy es gracias a él que creyó en mí cuando no tuve nada, él puso en mis manos más de cien millones de dólares para que yo levantara mi proyecto empresarial, durante muchos años fui pagando la deuda que tenía con él, nunca me hizo firmar un documento que respaldara el dinero, no me pidió que lo hiciera socio de mi empresa, Aarón solamente fue como un guía para mi, nos llamábamos a diario, por eso me pareció extraño que no me contestaran en casa, no sabía nada sobre Max y todo lo que ocurrió.
Pero mi niña, ya estoy aquí y lo que yo tengo lo tengo por tu padre, así que de cierta manera todo es tuyo y de tu madre también, a Dana la conozco desde que éramos niños, a tu padre desde el primer día que se hicieron novios, aquello era alegría, tu madre era la chica más bella que había en el colegio, todos querían que ella les diera un sí, pero fue tu padre quien tuvo esa suerte, yo era quien la cuidada y quien le daba la aprobación cuando un chico se le acercaba y Aarón Smith fue ese hombre que supo conquistarla poco a poco con detalles, recuerdo que salíamos a tomar algo y las mujeres se nos acercaban, tu padre con una sonrisa les decía que se alejaran, que él tenía una novia y que era la mujer más hermosa del universo, que no estaba interesado en conocer a nadie más.
-Ay tío Arnold, ese era mi papá, hasta el día en que lo mataron el fue especial con mamá, tenían una cita esa noche para ir a la opera, le envió un ramo de rosas rojas con una tarjeta que decía que era la mujer más hermosa del universo y a las cinco de la tarde, nos llamó el desgraciado de Max Seth para darnos la noticia de que papá se había quitado la vida, casi nos volvemos locas mi madre y yo, aun no lo superamos, pero nos ha tocado difícil con la enfermedad de mamá.
He trabajado en una cafetería desde que papá falleció, mamá ha dado clases de pintura a unas niñas y trabajó en un instituto, el dinero de la cirugía lo conseguí gracias a una amiga, dijo Zaira sin ser completamente explicita de cómo lo había conseguido.
-Bueno mi vida, gracias a Dios siempre hay personas buenas que nos ayudan, no todo es tristeza, respondió Arnold pensando que la chica le había dado el dinero, en el circulo social en el que se desenvolvían, dos millones de dólares no era una cantidad que se reflejara problemáticamente en la cuenta, así que para cualquier amiga que Zaira pudiese tener no era mucho dinero.
Pues sí tío Arnold, siempre hay personas que nos ayudan, dijo la chica respirando profundamente.
-Bueno mi niña, de ahora en adelante todo va a cambiar, cuando tu madre salga del hospital, se van a mi casa en el centro, ahí tendrán quien las atienda, me imagino que estás trabajando en tu tesis, pues bien, vas a dejar el trabajo en esa cafetería y volverás a la universidad, Zaira, le debo eso a tu padre.
-No tío Arnold, yo quiero continuar trabajando, quiero ganar mi propio dinero, no deseo ser una carga para ti, por mi madre, sí, te lo agradezco porque su recuperación es muy complicada y si necesito apoyo, dijo Zaira siendo muy sincera.
-Bien, si deseas trabajar, lo harás en mi empresa, comenzaras de ayudante y después poco a poco irás subiendo de puesto mi niña, así también irás poco a poco adquiriendo experiencia en el ámbito que tu te quieres desarrollar y porqué no, serás la CEO de mis empresas.
-¿De verdad, harías eso por mi tío Arnold?
-Por supuesto que lo haré, ve mañana y pon la renuncia en la cafetería, n o digas nada, solo di que encontraste un mejor trabajo, sabes, no siempre es bueno que las gente sepa todo lo que hacemos, amigos hay pocos.
Además tu me contaste que tus compañeros se burlaron al verte trabajar, pues bien, de mi sobrina no se burla nadie, mi amor, estoy aquí para ti sin importar que, así que ya veremos que van a hacer cuando tu y no ellos seas quien consiga el trabajo de sus sueños, el dinero de sus padres no los hará inteligentes ni capaces, pero tu mi niña, siempre has demostrado ser una mujer capaz, así que mañana comenzará tu sueño Zaira y será en mi empresa, la que será tuya mi niña, porque tu padre es quien levantó mi sueño, mi empresa, dijo él riendo.