-Es por acá, dijo la chica en medio de la nada, llevando a la pareja cerca de un mirador.
-¿Zaira, que lugar es este?, preguntó Claudia algo intrigada.
-El lugar en donde comerás la mejor comida rápida del mundo, ya lo verás.
Caminaron un poco y una mujer alegre servía unos hot dog a las personas que estaban cerca.
-Martita, que gusto volver a verte, traje unos amigos para que prueben la mas deliciosa comida rápida del mundo.
-Hola mi amor, que bueno verte por acá, hace mucho que no venías, dijo Martha abrazando a la chica.
Las mujeres platicaban mientras que Emiliano y Claudia escogían los ingredientes que querían en su comida rápida.
-Miren chicos, un poco adelante hay una zona hermosa. Vayan, admiren el paisaje, estoy segura que les encantará, dijo Zaira sonriendo.
-Mi niña hermosa, cuéntame cómo van las cosas, he visto a Dante hace unos días, el pobre tiene un conflicto completo, entre el amor que siente por y su hijo, que pena meterme en este tema Zaira, pero de verdad tu sabes que a Dante lo adoro y tu eres la mujer perfecta para él.
-Martita, esto ha sido mi infierno, de verdad me he enamorado de este hombre como no tiene idea, pero bueno, algunas veces simplemente las cosas no se dan y punto, yo haré mi vida por ahí y él, bueno, él será feliz con su familia, no hay más que eso.
-Ay Zaira, no sabes cómo me duele eso, nunca antes había visto a Dante ser tan feliz como contigo.
-Martita, cambiemos el tema, de verdad solo quiero disfrutar de uno de tus hot dog, dijo la chica sonriendo esperando a que Martha le preparara uno.
La chica está de espaldas al estacionamiento del lugar, platicando con Martha acerca de sus planes a futuro y que piensa trabajar con Arnold o Berat, cuan do unas risas bastante llamativas tomaron la atención de la chica, cuando se volteó pudo observar a Dante abriéndole la puerta del auto a Gemma, quien se veía realmente feliz.
-Amor, de verdad que me moría por comer comida rápida, tu hijo lo pedía y bueno, por suerte tiene un padre complaciente.
Después de que Zaira le dejara las cosas claras, él había decidido llevar la fiesta en paz con Gemma, eso no incluía tener una relación de pareja, solamente deseaba que las cosas para su hijo fueran más fáciles.
Dante no se había percatado de que Zaira estaba en el lugar, cuando se acercó con Gemma del brazo, pudo ver a la chica a los ojos.
-Zaira; ¿Qué haces aquí?
-Señor Fabbri, linda noche, solo vine a comer algo, dijo ella intentando parecer lo más tranquila posible ante la mirada matadora que Gemma le hacía.
En ese momento y como por obra de magia, Emiliano apareció.
-Zai, ven vamos a ver las estrellas, el cielo está muy despejado, te va a encantar, tomaremos algunas fotografías, dijo el hombre sin notar la presencia del gran CEO.
-Sí, vamos, dijo ella tomando el brazo de Emiliano y escapando del lugar.
Gemma miró todo aquello a su alrededor y a Martha en particular.
-No pretenderás que coma algo de este lugar, estás loco si crees que mi hijo y yo consumiremos algo de aquí, dijo ella insultando con su mirada a Martha.
-Si no deseas comer aquí, vas a tener que llamar un taxi, porque son los mejores hot dog del mundo y ella es una gran amiga, así que tu decides, dijo Dante de mala manera.
La mujer entendió de inmediato el gran error que había cometido y sin poder hacer mas, le pidió a la mujer unas papas a la francesa, era lo que imaginaba podría comer en ese lugar, la mujer aunque no tenía dinero, estaba acostumbrada a que sus amantes la llevaran a restaurantes caros, no algo al costado de la carretera, donde había un mirador.
-¿Qué ha sido todo eso?, preguntó Emiliano a Zaira cuando se encontraron con Claudia.
-Suerte se llama eso, suerte, no sabía que Dante estaría por acá, has caído como del cielo en ese momento, dijo la mujer visiblemente afectada.
Zaira le contó la historia a Claudia, esta intentó hacer que Zaira se sintiera mejor.
-Tengo una idea, harás como que tienes una cita con mi Emi, irán de la mano hacia el auto, todo, yo soy la acompañante de ustedes hoy, te sentaras adelante cual novia, le daremos su merecido a este tonto, dijo la chica poniendo un rostro pícaro.
-No, jamás haría algo así para molestar a nadie, sentiría que te fato el respeto, Emiliano es un hombre intachable y te ama como a nadie en el mundo.
-Yo eso lo sé Zai, pero lo haremos para que ese tonto de Dante, piense en lo que perdió, a veces y solo a veces debemos ser un poquito maquiavélicas, tú me entiendes, dijo ella giñando un ojo.
-No te dejará en paz, dijo Emiliano sonriendo, así que ven, dame la mano
Con la luz de la luna, la cicatriz del rostro de Claudia casi era imperceptible, era una mujer encantadora, ya Zaira tenía claro de porqué su amigo estaba tan enamorado de la mujer.
Cuando tomaron la fotografías y terminaron su cena, hicieron lo que Claudia había planeado, Zaira con toda la incomodidad del mundo, tomó la mano de Emiliano y caminaron hacia el estacionamiento, justamente al frente de Dante y Gemma, la astuta Claudia les gritó, “son una pareja hermosa, amé las fotografías que han hecho, vamos Emiliano, dale un beso en la mejilla a Zaira, la ultima por favor”.
Zaira sintió que se moría cuando la chica dijo eso, Claudia era una fotógrafa profesional a quien le encantaba tomar fotografías de todo y por todos lados, pero esta vez, estaba haciendo las cosas bastante consciente de lo que hacía.
Emiliano qué conocía a la perfecciona su novia, le dio un beso en la mejilla a Zaira, haciendo con esto que la ira de Dante saliera sin más, el hombre caminó hacia la pareja bastante molesto.
-¿Zaira, que diablos crees que haces; tienes una relación con este tipo, dime, me estas provocando, que haces?
-Disculpe, ¿Usted quien se supone que es?, preguntó Claudia muy metida en su papel.