EL CONDE MONKAN.
Un cartero montado a caballo caminaba en la calle principal de los campos elisios, en dirección del jardín más bello de París, donde estaba la residencia principal del conde Monkan, el cartero dio la vuelta, y por fin arrió si caballo y lo hizo avanzar hasta la residencia,
que era una casa de estilo griego, con enormes muros blancos, y un hermoseado jardín, lleno de toda clase de tulipanes.
El hombre bajo del caballo y llamo a la puerta, uno de los guardas de los Monkan abrió la enorme puerta blanca, que estaba bien forjada con la imagen de Hércules, —para el conde Monkan, envío especial de la Gazette, dijo el repartidor, el guarda le miro con atención, tomo el periódico y se retiró.
El conde Pierre Monkan, estaba sentado al lado de una pequeña mesita de madera, tomaba él Te solo aquella mañana, el conde Philippe monkan ministro de haciendo del rey Luis XXV, había partido desde temprano, hasta la ciudad de Lyon,
por asuntos de estado, el guarda apareció por uno de los jardines, con