CARTA A ELIZA.
Elisa despertó aquella mañana con la dulce sensación de ya no sentirse sola, la compañía de Didier cada vez se hacía más dulce, pero Elisa se extrañó de una extraña sensación de un sentimiento que lentamente comenzaba a crecer en su interior, la lejanía del conde dragón, había causado en Elisa una sensación de lejanía, muchas ideas le cruzaban por la mente, de la razón por la que él no había ido a verla.
Pero una pasión por Didier se hizo visible, aquella tarde, donde él le había revelado su más profundo secreto, no solo era el canido del infierno, había amado a su madre con todas sus fuerzas, y allí estaba él, ayudándola en medio de la terrible venganza que su madre había planeado después de muerte, ella pensaba Elisa pensaba en el odio habían sentido aquellos hombres contra su madre.
Lo que no sabía, y lo único que todavía permanencia bajo las sombras, era el saber, ¿quién era el hombre de la túnica blanca? ¿Por qué odiaba tanto a madre? ¿Y por qué se atrevió a asesinarla? Estas dud