CAPÍTULO 58 AMOR Y REDENCIÓN
Zahar…
El palacio estaba vestido de fiesta. Desde temprano, las flores blancas y doradas adornaban los pasillos, pero no era una cumbre política ni una rueda de prensa… era el primer cumpleaños de Jade.
Había cámaras discretamente ubicadas, no tantas como en los eventos de estado, pero suficientes para inmortalizar el momento. Los invitados eran pocos: familia, algunos amigos cercanos y dignatarios que habían sido parte de la vida de Janna y Kereem y todo tenía un aire íntimo, pese a la grandeza de este lugar.
La pequeña estaba preciosa, con un vestido marfil y una corona delicada que parecía disfrutar más que cualquier regalo.
Nos reunimos en el gran salón decorado con globos, guirnaldas y una mesa cubierta de dulces que parecía sacada de un cuento. Yo me sentía completamente recuperada, y por primera vez en mucho tiempo, no había un dolor en mis costillas ni en mis recuerdos que me impidiera disfrutar.
La música sonaba suave y las risas llenaban el lugar