NEGOCIOS SUCIOS.

NEGOCIOS SUCIOS.

―Es… ¿Tu hijo? ―Renata preguntó con el corazón acelerado.

―Sí, mamá ―dijo Daniel antes de que Naomi pudiera decir algo. ―Es mi hijo.

―Pero… cielo, ¿cuándo tú y esta chica…?

―Mamá, ahora no voy a aclarar tus dudas en este momento, mejor quédate con Derek, mientras Naomi y yo vamos con Bridget.

Sin perder tiempo, Daniel le entregó el niño a Renata; está lo tomó en sus brazos y el pequeño no mostró ningún signo de descontento.

―Sí, definitivamente es tu hijo, es como tú cuando pequeño, le gusta andar de brazo en brazo.

Naomi le dio una mirada de reproche a Daniel, pero él no se molestó en seguirle el juego.

―Vamos ―dijo y se adelantó; ella, después de mirar a su hijo una última vez, lo siguió.

Después de vestirse para entrar al área de cuidados intensivos, la enfermera los llevó con Bridget. Para Naomi fue una impresión verla así; Bridget estaba dormida, y su rostro era un mapa de heridas y moretones.

―Dios… ―susurró mientras se acercaba. ―Bri… ¿Cómo es posible que…? ―To
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