Kaem
Posiciono mi mano en su cintura desplazándonos hasta la pista de baile. Al llegar al centro de esta, ella ubica una mano en mi hombro y la otra la entrelaza con mi mano disponible. Reconozco la melodía que expresa el piano, es una canción del cantante favorito de Mikhaila, y aunque quisiera decir que no la sé, cuando vivíamos juntos la repetía en su cuarto de práctica una y otra vez.
Algunos socios agarraron a sus mujeres e iniciaron a bailar también alrededor de nosotros.
Hago girar a mi mujer y la pego a mi pecho. Nuestros labios se rozan por la cercanía que tenemos, su respiración se mezcla con la mía dejando que respiremos un mismo aire. Noto como su corazón se acelera y los ojos se le cristalizan.
— ¿Estás bien? — pregunto preocupado.
— Sí, solo que...
Le cuesta hablar.
— Sea lo que sea que te atormente, déjalo en el pasado. Vivamos nuestro presente y construyamos un futuro juntos.
Me golpeé mentalmente al escuchar lo que dije. Parezco un puberto enamorado diciendo cursiler