Noto que Dani se desvía del camino de la mansión a otras calles que no sabía que existían. Miro de reojo al Boss pero este me ignora absorto en sus pensamientos, siento una corriente paranormal pasando por todo el organismo como si fuera un mal presentimiento. Los callejones cada vez son más angostos y solitarios, hombres y mujeres fuman marihuana abismados en la nota que han conseguido, algunos niños están sucios sacando desperdicio de comida de la basura, mi corazón se rompe poco a poco al darme cuenta que mientras que yo tengo todo y en ocasiones me quejo, estos pequeños que son inocentes se alimentan con comida ya contaminadas, hasta llenas de gusano.

Le ordeno a mi voyeviki que se detenga y baje inmediatamente sacando de mi cartera dos sobres de ponquesitos que siempre llevo conmigo ya que constantemente me da apetito.

Kaem me sigue con el ceño fruncido y malhumorado.

La humildad es algo que a él le falta mucho.

— ¿Qué crees que haces? Regresa al auto. — ordena.

Lo ignoro y sigo