"Samantha"
Después de abrir la puerta vi que todo el ambiente estaba iluminado por pequeñas lámparas esparcidas por todas partes. En el techo, había un mar de globos transparentes nacarados, inflados con helio; de cada uno colgaba una cinta blanca y en la punta había una variación entre fotos mías y de Heitor, o notas con pedidos de disculpas o declaraciones románticas, o corazones rojos de cartulina. Fui pasando y viendo cada mensaje y cada foto de un momento feliz que tuvimos juntos, y fueron muchos.
Llegué a la sala ya con el rostro bañado en lágrimas y al mirar hacia adelante vi a Heitor allí parado, en aquella sala donde vimos el amanecer y donde todavía estaban nuestras alfombras afelpadas y nuestros cojines coloridos. Él estaba simplemente allí, de pie, con las manos en los bolsillos y una mirada ansiosa. El techo de la sala también estaba cubierto de globos con fotos, mensajes y corazones. Y las mismas pequeñas lámparas dejaban el ambiente con una iluminación acogedora.
En l