"Samantha"
Pasado el susto, no podía parar de reír, viendo a Heitor acostado en la camilla a mi lado, todo enfurruñado.
— ¿Puedes intentar controlarte, Samantha? —preguntó Heitor molesto.
— No puedo... —me reía como si estuviera en el circo.
— Samantha, Molina ya explicó que me desmayé porque me emocioné mucho —bufó Heitor.
— Mi amor, te desmayaste en el primer ultrasonido de nuestro hijo, ¿cómo será en la sala de parto? —pregunté sin poder parar de reír.
— Esto no se va a repetir, Samantha —Heitor estaba con cara seria.
La puerta cortina se abrió y Meli entró muy seria, trayendo una bandeja con bocadillos para mí y para mi sensible marido.
— Ay, Martínez, qué vergüenza ajena, ¿eh? —Meli no se contuvo y comenzó a reír, haciéndome reír más—. Álvaro no dejó entrar a todos, pero en cuanto salgas, puedes esperar que los muchachos se van a burlar.
— ¡Carajo, Meli! Más te vale controlarlos. La culpa fue tuya —se quejó Heitor.
— ¿Mía por qué? —lo miró riendo.
— Conduces como una ps