Capítulo 31.
Eleanor pasó la mañana en un estado de tortura silenciosa. El beso de la noche de la música, el amor que sentía por Liam y la calidez de su unión estaban en guerra con la mentira que él le había contado sobre la carpeta de Evelyn. Ella sabía que mentía, había aprendido a conocerle.
“Negocios de deudas que ella vino a reclamar.” No se fiaba de esa frase. Había algo más.
La explicación de Liam era demasiado pulcra, demasiado conveniente para cubrir la escena que presenció en la habitación de invitados. La mirada de terror en sus ojos no era la de un hombre que ocultaba una deuda; era la de un hombre que ocultaba un crimen.
Después de que Liam se fue al hospital, Eleanor supo que no podía esperar. Subió a su habitación luego de despedirle; su cuerpo ya pesaba por el embarazo, pero su mente estaba ligera con la determinación de una mujer que busca la verdad a cualquier costo.
Liam había estado tenso, había entrado varias veces a la alcoba para “revisar los planos” o “buscar un libro”. Ell